Tener bienes, posesiones y riquezas no es malo; anhelarlo tampoco. Siempre y cuando no se anhele de forma desmesurada; el dinero es necesario y muy grato contar con el; sin embargo, debemos saber que el deseo imperioso de conseguirlo, puede ser letal para nuestra vida; no importa la fe que profesemos. Jamás las riquezas deben estar por encima de quien las provee. Dios es el creador de todo cuanto existe; por tanto es el dueño del oro y la plata.
Dios le prometió la prosperidad financiera y espiritual al pueblo judío; pero ambas estaban condicionadas a la obediencia. Debemos considerar seriamente, que las riquezas y bendiciones que Dios pone en nuestras manos, no son nuestras, que solo somos administradores de ellas; por ende, saber como manejarnos y sobre todo como obtener lo que deseamos es un asunto prioritario en nuestra vida espiritual. En términos de recursos, Dios debe estar en el centro de nuestra escala de valores y el dinero colocarlo en el lugar que Dios nos indique. " Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores." ( 1Timoteo 6:10 ).
La codicia es un mal que transgrede las leyes de Dios y que consume a aquel que la posee; esto lo podemos ver ejemplificado en el sabio Salomón, éste personaje tan amado por Dios, a pesar de haber sido el rey más rico de todos los tiempos no se sació de las riquezas que poseía, sino que buscaba con ansias satisfacer sus apetencias en los placeres de la vida que lo llevaron a fallarle a Dios y de esa manera enterrar lo que con tanta abundancia Dios le había dado, solo por no obedecer sus advertencias, ésto nos indica que el mucho tener no sacia. Eclesiastés 5:10, dice: "El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad." El rey Salomón, escribió el libro de Eclesiastés, después de haberse arrepentido de su mala conducta y sus muchos pecados, esto lo convierte en el más indicado para alertarnos al respecto.
Hoy día tenemos ministros " Cristianos " enseñando que el pueblo del Señor debe ser rico en cuanto a los bienes del mundo y que debemos ejercitar la fe para obtener riquezas por medio de ella; estos ministros no son más que profetas de Baláan, cuyas vidas están adornadas de los lujos del mundo actual; pero en términos espirituales, !padecen miseria!
No nos dejemos engañar por el brillo deslumbrante de las riquezas del mundo; porque éstas no sacian ni salvan ni tampoco nos sirven para comprar la vida Eterna, en cambio en las riquezas espirituales sí hay deleite, gozo y llenura y te permiten llegar a la vida Eterna y disfrutar del verdadero Paraíso que es El Reíno de Dios. "Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto". (1Timoteo 6:7,8)
La escala de valores de un creyente debe tener a Dios en primer lugar y luego someternos a la obediencia para ser bendecidos conforme a la voluntad de Dios y a sus riquezas en gloria. Poseer bienes es bueno, de hecho; ayudan a crecer la obra de Dios, lo malo podría estar en cómo conseguirlo y si lo logramos no permitir que esto nos haga perder la humildad, ni la generosidad. En Mateo 6:33, dice: "Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia; y todas las demás cosas, os serán añadidas".
Que Dios bendiga sus vidas......................... .......y la mía, también!!
Dios le prometió la prosperidad financiera y espiritual al pueblo judío; pero ambas estaban condicionadas a la obediencia. Debemos considerar seriamente, que las riquezas y bendiciones que Dios pone en nuestras manos, no son nuestras, que solo somos administradores de ellas; por ende, saber como manejarnos y sobre todo como obtener lo que deseamos es un asunto prioritario en nuestra vida espiritual. En términos de recursos, Dios debe estar en el centro de nuestra escala de valores y el dinero colocarlo en el lugar que Dios nos indique. " Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores." ( 1Timoteo 6:10 ).
La codicia es un mal que transgrede las leyes de Dios y que consume a aquel que la posee; esto lo podemos ver ejemplificado en el sabio Salomón, éste personaje tan amado por Dios, a pesar de haber sido el rey más rico de todos los tiempos no se sació de las riquezas que poseía, sino que buscaba con ansias satisfacer sus apetencias en los placeres de la vida que lo llevaron a fallarle a Dios y de esa manera enterrar lo que con tanta abundancia Dios le había dado, solo por no obedecer sus advertencias, ésto nos indica que el mucho tener no sacia. Eclesiastés 5:10, dice: "El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad." El rey Salomón, escribió el libro de Eclesiastés, después de haberse arrepentido de su mala conducta y sus muchos pecados, esto lo convierte en el más indicado para alertarnos al respecto.
Hoy día tenemos ministros " Cristianos " enseñando que el pueblo del Señor debe ser rico en cuanto a los bienes del mundo y que debemos ejercitar la fe para obtener riquezas por medio de ella; estos ministros no son más que profetas de Baláan, cuyas vidas están adornadas de los lujos del mundo actual; pero en términos espirituales, !padecen miseria!
No nos dejemos engañar por el brillo deslumbrante de las riquezas del mundo; porque éstas no sacian ni salvan ni tampoco nos sirven para comprar la vida Eterna, en cambio en las riquezas espirituales sí hay deleite, gozo y llenura y te permiten llegar a la vida Eterna y disfrutar del verdadero Paraíso que es El Reíno de Dios. "Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto". (1Timoteo 6:7,8)
La escala de valores de un creyente debe tener a Dios en primer lugar y luego someternos a la obediencia para ser bendecidos conforme a la voluntad de Dios y a sus riquezas en gloria. Poseer bienes es bueno, de hecho; ayudan a crecer la obra de Dios, lo malo podría estar en cómo conseguirlo y si lo logramos no permitir que esto nos haga perder la humildad, ni la generosidad. En Mateo 6:33, dice: "Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia; y todas las demás cosas, os serán añadidas".
Que Dios bendiga sus vidas.........................
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