jueves, 17 de noviembre de 2011

LA RAÍZ DE LA AMARGURA

La Biblia dice: "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados" (Hebreos 12:14-15). Estos versículos comparan la amargura con una raíz. Es una descripción apropiada porque la amargura trabaja bajo tierra, es decir; casi siempre la amargura crece por dentro antes de comenzar a " brotar".

La palabra "amarga" viene del hebreo y literalmente quiere decir "sabor amargo agudo o extremadamente agrio". La amargura trae disgusto a las personas. Por lo tanto cuando vivimos una experiencia amarga, nos va a causar una reacción natural de disgusto. Una vez ha brotado la amargura, podemos ver dos consecuencias negativas en la persona agraviada : Primero, ésta trae estorbos a la persona amargada, son muchos los problemas que podrían venir con la amargura; la amargura consume el alma, agria el espíritu y envenena el cuerpo. El segundo resultado de la amargura es que contamina a otros. La amargura destruye amistades, divide familias y rompe iglesias.

Debemos cuidarnos de no permitir que una situación de amargura eche raíces en nuestras vidas, porque la amargura trae como consecuencia el enojo y éste puede desencadenar en "la ira". La ira podría ser mortal para la vida de un creyente y en términos seculares, también puede traer muerte; muchas veces la ira ha enlutado familias con terribles tragedias. La biblia dice: "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo". (Efesios 4:26-27). El peligro eminente del enojo es pecar, existe una tendencia, si no reflexionamos a tiempo de violar la voluntad de Dios; dándole cabida al diablo.

La solución idónea para no permitir que la amargura eche raíces y nos destruya es apoyarse en el amor de Dios para con nosotros y emularlo; pidiendo perdón y perdonando en el momento en que surge la situación de disgusto. Muchas veces con una palabra basta para eliminar la posibilidad de padecer de amargura; porque la amargura afecta más al portador que a la persona a quien va dirigida. La Palabra de Dios es clara cuando nos dice: "La blanda palabra, aplaca la ira". ! CORTA EL ÁRBOL DE LA AMARGURA, ANTES DE QUE ECHE RAÍZ!.

DIOS BENDIGA TU VIDA!!...............Y LA MÍA, TAMBIÉN.!!

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